jueves, 19 de noviembre de 2015

Un auto blanco de lunas polarizadas

No había forma de evitar las columnatas de autos estacionados en cada semáforo en rojo. Cuanto más le pedíamos al chofer, este con su gesto imperturbable, como una estatua detrás del timón, apenas si nos pedía calma. Moría la tarde en nuestros ojos y casi sentíamos su agonía con el réquiem de los cláxones, cual orquesta contratada para un sepelio. A cada minuto, sin embargo, surgían también las carcajadas repletas de mil ocurrencias que solo así, sentados en línea de cuatro, huían de las rejas de los dientes para aligerar el bochorno de la cabina trasera del taxi.

Autor(s):  Juan Pablo Castel (Seudónimo)
Fuente: Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas - UPC
URL: http://hdl.handle.net/10757/581478

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