A partir de la escritura de un cuento que fue mal recibido por sus tres lectores, percibí con gran
evidencia la necesidad vital que tiene el mundo contemporáneo por la experiencia de la muerte.
Según sus críticos, mi cuento ofrecía muerte y destrucción al inicio para luego desviarse por otros
caminos, lo cual les causaba bastante malestar, porque ellos leen para encontrar satisfacciones. Y
para experimentar tales satisfacciones, requieren de formatos establecidos: un cuento debe parecer
un cuento e incrementar la emoción del inicio progresivamente hasta culminar con su máxima
intensidad al término del mismo. Es decir, exigen el modelo establecido por las películas de
largometraje estadounidenses. Quizás no todas son así, pero, en su gran mayoría, se guían por este
principio. A partir de esto, deduje que Marshall McLuhan tenía muy en claro lo que afirmaba
cuando prescribió “el medio es el mensaje”, porque me es evidente que el formato cuento es un
formato históricamente condicionado que satisface las necesidades hegemónicas de una clase social.
Autor(s): Villacorta Santamato, José Luis
Fuente: Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas - UPC
URL: http://hdl.handle.net/10757/581952
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